El vídeo de Ignacio Palacios, un joven de 19 años con parálisis cerebral, se ha hecho viral. Se ha convertido en la voz de las familias que luchan por evitar el cierre de los centros de educación especial amenazados por la Ley Celaá donde, en una disposición adicional, se contempla la desaparición de estos centros en el plazo de diez años, quedando solo para casos de “atención muy especializada” y limitando la libertad de las familias para poder elegir este tipo de centros.
Dice Ignacio que en su colegio de educación especial ya hay un aula donde están los alumnos que están “muy muy graves”, pero la educación especial es mucho más que eso: “los políticos piensan que pueden meter a todas las discapacidades en el mismo saco y eso no es así”. Además, señala que “la gente no entiende que hay niños en colegios de educación especial que no pueden ir a un centro ordinario por mucho que quieran” y que “es necesario que los padres tengan el derecho a decidir donde escolarizarlos”. Recrimina así a la ministra: “Si tuviera delante a Celaá le diría que está cometiendo una aberración”.
Luego está el tema de los profesionales que les atienden, porque están “cualificadísimos y se ha formado para eso, pero si sale adelante la Ley se quedarán en la calle”, añade.