Según una encuesta realizada por ING en 5 países (Alemania, España, Polonia, Rumanía y Turquía) seis de cada diez padres consideran que el formato online reduce la calidad de la formación y su efectividad empeora en edades más tempranas. Pero, además, casi el 70% cree que no es apta para todas las asignaturas, por lo que debería combinarse la enseñanza presencial y online. Mas de la mitad, piensan que esta modalidad no es buena para sus hijos, ya que necesitan socializar e interactuar.
En definitiva, la formación online recibida durante la crisis del COVID-19 no ha obtenido buenos niveles de satisfacción: sólo el 35% cree que la educación online funciona bien en España, porque considera que existe una buena infraestructura digital y los profesores están bien preparados para impartir clases en formato digital. Sin embargo, casi la mitad de los padres piensa que las escuelas van atrasadas en formación digital.
De cara al nuevo curso escolar, el 68% de los padres confía en que la reapertura de las escuelas será con horario estándar y a tiempo completo (cuatro de cada diez creen en la reapertura con modalidad presencial y el 30% considera que la opción que se adoptará por las distintas Comunidades Autónomas será compaginar la formación online y la presencial), si bien el 8% defiende que primará la formación online y el 22% que aún existe incertidumbre para saber qué ocurrirá